¿Pero por qué?

Según lo que recordamos, la primera exposición a las salsas picantes y a la comida picante en general se produjo a principios de los años 80 a través de la cocina indonesia: el sambal era un enriquecimiento básico de la insulsa dieta de las Tierras Bajas.

Luego, a través de los viajes a finales de los 90 y principios de los 2000, la cocina caribeña y en particular la de Trinidad hicieron sentir su rica variedad y, a veces, el calor tropical, y esas descargas de endorfinas nunca desaparecieron.

Más tarde, al visitar países del (sur de) Europa, Medio Oriente, Sudeste Asiático y África Central, se descubrieron cada vez más sabores y especias distintos, que culminaron en la vasta biblioteca de la que bebemos para integrarlos y replicarlos en nuestras salsas y sales. .

Y ahora nos encontramos viviendo en una zona donde todas esas cocinas -y más- se unen, y es por eso que hacemos lo que hacemos; llevar nuestros recuerdos e interpretaciones a tu plato, reviviéndolos nosotros mismos de vez en cuando.

...también porque los pimientos picantes saben muy bien y huelen aún mejor cuando se preparan. Intente asar o deshidratar algunos habaneros usted mismo en algún momento, ¡se sorprenderá!